martes, 23 de diciembre de 2008

Michael Apple



Michael Apple nació el 20 de agosto de 1942, en Patterson, Nueva Jersey, Estados Unidos. Su familia era bastante pobre, pero a la vez, muy activa políticamente. En su juventud, Apple se vio imposibilitado de estudiar en la universidad, porque no tenía el dinero suficiente como para matricularse, así que comenzó a trabajar en una imprenta a medio tiempo, para aportar ingresos a su familia.
Como en los años 60, había muy pocos maestros de profesión, cualquiera podía ejercer el cargo, sin necesidad de tener un título que avalara sus conocimientos , o que respaldara sus prácticas, y es por esto que el joven Michael Apple, pudo trabajar de maestro antes de obtener su título. Años más tarde, obtiene relativa estabilidad económica, lo que le permite inscribirse y graduarse de “Profesor norteamericano de Enseñanza y Estudios de Política Educativa” en la Universidad de Wisconsin, Madison. Apple, en su juventud, estuvo involucrado con diversas luchas anti-racistas y anti-segregacionistas a lo largo y ancho de su país, presidiendo, también la “unión de maestros”.
En la actualidad, continúa comprometiéndose con causas de derechos humanos, aplicados a la educación, en miras de implementar una educación progresista, que critique la realidad actual y democratice la investigación, la política y las prácticas educacionales. Michael Apple, centra su análisis en la contradicción existente entre el discurso y la práctica de la sociedad; por un lado se define como una sociedad del conocimiento y la información, pero por otro, en la práctica se comporta conservadoramente.
La teoría del profesor, recibe influencias desde variadas corrientes del pensamiento, entre las que destacan el humanismo, el pragmatismo y el constructivismo. Propone un currículo enfocado más en los resultados afectivos que en los puramente cognitivos, cosa que rompe con el círculo vicioso de considerar “lo académico”, como la única dimensión relevante de los estudiantes. El rol de la escuela, es entonces, fundamental, pues, son las escuelas quienes van formando a las personas, moldeando sus vidas y tomando control sobre ellas, según la cosmovisión dominante del momento, y sin dejar espacio para el desarrollo de minorías. Apple plantea, también, que vivimos en una sociedad fuertemente desigual, donde las inequidades económicas, se complementan con las inequidades de capital cultural.
En una sociedad tecnológica como esta, son las escuelas las encargadas de “distribuir” este capital cultural, lo que les genera gran responsabilidad, porque con el poder de decidir a quién, cómo y cuándo entregarle capital a las personas, cualquier error desemboca en contribuir al aumento de la brecha entre “cultos” y “no-cultos”. Dentro de los libros elaborados por el profesor, destacan “Ideología y Currículo”, “Educación y Poder”, “Maestros y Textos”, “El conocimiento Oficial”, “Las Escuelas Democráticas”, “Política Cultural y Educación”, “Poder, Significación e Identidad”, “Educación, la forma correcta”, “Mercados, estándares, Dios y la Desigualdad” y “La Política Estatal del conocimiento”.

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